
Y esta métafora brutal hace referencia a "LOS RENGLONES TORCIDOS DE DIOS" de Torcuato Luca de Tena, una novela sobrecogedora (muchos, incluso quienes no la hayan leido la habrán identificado inmediatamente) que nos adentra en las entrañas de un manicomio, nos hace pasear por sus pasillos y contemplar las miserias, pero también las grandezas, de la locura humana en sus diferentes vertientes. Añadan una trama fuerte, desarrollada con brillantez, que apenas permite al lector adelantarse al autor (como pasa tan amenudo en las novelas con misterios por resolver) y en la que mágicamente (por su excepcionalidad) no queda ningún cabo suelto.
Su autor, Torcuato Luca de Tena,

Como es habitual, no voy a introducirles en la trama, porque para eso hay Google suficiente, pero permitanme introducir, de forma breve y a modo de curiosidad, las diferentes "afecciones del alma" que descubrimos, no teorizadas sino personificadas (la diferencia es grande) en la novela:
- Paranoia: Enfermedad que no afecta a la inteligencia pero configura un delirio (creencia falsa) que la razón no puede vencer sino en todo caso justificar.
- Neurosis: Distintas variedades de enfermedad que desembocan en sintomas parecidos, la angustia desmedida y la ansiedad incontrolable. Por poner ejemplos podríamos hablar de las fobias.
- Sociopatía: Rechazo de la sociedad y sus normas que conducen a una conducta ajena a la moral, sin culpa e incluso con orgullo de infrinjirlas.
- Disfunciones sexuales: Variaciones de una normal conducta sexual que pueden alcanzar el extremo de la aberración.
Estamos por muchas razones ante una de esas novelas que no se olvidan, con imagenes y momentos que se marcan a fuego en la memoria (los lectores seguro que años después pueden mantener una conversación sobre estas) y, en ocasiones, de tal potencia, tanto en la brutalidad como en la humanidad que resulte complicado seguir leyendo sin afectación espiritual.
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